El Niño Oscilación del Sur -ENOS
 
 
 

Así como las placas tectónicas son protagonistas de los procesos internos de la Tierra, el clima lo es de las interacciones en su superficie. Aunque no lo percibimos porque la fuerza de la gravedad nos sujeta, giramos con la Tierra a 0,4 kilómetros por segundo mientras nos trasladamos alrededor del Sol a 29 kilómetros por segundo. La rotación de la Tierra arrastra la atmósfera y el agua de los océanos e impulsa los vientos alisios al sur y el norte del Ecuador terrestre, formando la zona de convergencia que se mueve entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, que cubre de aire caliente y húmedo y de lluvias la subregión (Ver Figura 2.2).

En condiciones normales las aguas del Pacíico en América del Sur, desde Chile hasta el sur de Ecuador, son frías y ricas en nutrientes y generan un ecosistema con abundante vida marina que explica la riqueza pesquera de países como Perú. El frío de las aguas se debe a la corriente de Humboldt o del Perú que proviene de las aguas de la Antártida. En su recorrido entre el norte de Chile y Perú genera, junto con la circulación de los vientos alisios, Áreas costeras desérticas, consideradas entre las zonas más secas del mundo. A veces los vientos alisios se debilitan y atenuan la corriente fría de Humboldt, lo que hace que desde el otro lado del Pacífico, desde Indonesia y Australia, las aguas cálidas del océano lleguen a la costa suramericana entre Chile y el sur de Ecuador y desplacen las aguas frías de la corriente de Humboldt: llegó El Niño (Figura 4.11). El fenómeno es acompañado por incrementos del nivel del mar que pueden llegar a los 40 cm en las costas suramericanas.

Se denomina El Niño la presencia de aguas anormalmente cálidas (más de 0.5°C por encima de lo normal) en la costa occidental de Suramérica por un período mayor a tres meses consecutivos. Actualmente es considerado como un fenómeno ocasional, irregular, aperiódico y de grandes repercusiones socioeconómicas en el mundo. Se presenta con variada intensidad, siendo los episodios de 1982 -1983 y 1997-1998 los de más impacto en el siglo XX.

En otras ocasiones ocurre el fenómeno opuesto. Los vientos alisios del sur se intensifican frente a las costas suramericanas y provocan un mayor afloramiento de aguas frías, las cuales cubren la superficie del Pacífico desde Suramérica hasta un poco más allá del centro del océano. Por sus características contrarias a El Niño, este fenómeno es conocido como La Niña. Se destacan los episodios de 1988-1989 y 1998-2000 por su intensidad, duración y efecto climático.

 

El fenómeno El Niño ocurre cuando los vientos alisios se debilitan y desde Indonesia y Australia llegan a Suramérica las aguas cálidas del Pacífico y desplazan las aguas frías de la corriente de Humboldt.


 

El fenómeno La Niña ocurre cuando los vientos alisios se intensifican y quedan en la superficie las aguas profundas más frías del Pacífico ecuatorial y disminuye la temperatura superficial del mar.

 

Enos en términos de amenaza

Los fenómenos involucrados se transforman en amenazas por incremento de las lluvias y en consecuencia generan inundaciones y movimientos en masa; déficit de lluvias que conducen a sequías e incendios forestales, cielos despejados y heladas.

Durante El Niño se ha observado mayor pérdida de los glaciares que en parte es compensada durante los eventos de La Niña. El aumento del nivel del mar en conjunción con vientos perpendiculares a la costa genera series de olas altas (marejadas), que causan inundaciones, erosión costera y hundimiento de pequeñas embarcaciones. Los cambios en las condiciones climáticas regionales se traducen en amenazas, según el tipo de fenómeno, para la agricultura y ganadería industrializadas y de supervivencia (seguridad alimentaria), la infraestructura vial, la disposición de agua potable y la capacidad de generación de energía hidroeléctrica, además que proliferan vectores de enfermedades asociadas con cambios ambientales temporales.

Dado que los fenómenos El Niño y La Niña están asociados con el aumento o disminución anómalo de la temperatura superficial del mar, uno de los indicadores más utilizados para hacer seguimiento a estos fenómenos es el Índice del Niño Oceánico (ONI, por sus siglas en inglés), desarrollado por la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA). Este índice es calculado a partir de mediciones de la temperatura superficial del mar en el sector central del Pacífico tropical frente a las costas de Suramérica.

En condiciones El Niño, el ONI debe ser igual o superior a +0,5 grados Celsius de anomalía, mientras que en condiciones La Niña, el ONI debe ser igual o inferior a -0,5 grados Celsius. En la Figura 4.12 se presenta el comportamiento del índice durante el periodo 1970 - 2008 y se ilustran en rojo los episodios cálidos y en azul los episodios fríos. Los episodios con temperaturas superficiales del mar más cálidas se presentaron durante los años 1972-1973, 1982-1983 y 1998. En el caso de las temperaturas frías se pueden observar mayores incrementos en 1974, 1976 y 1989 y periodos prolongados de temperaturas anormalmente frías entre 1973-1976 y 1998-2000.

 

Fuente: Elaborado a partir de NOAA (2009).